Voluntarios de CHAMPS: El corazón de la compasión y el servicio

Los voluntarios del Programa de Defensores de la Salud Comunitaria para los Servicios a la Población Migrante (CHAMPS) de SEAHEC encarnaron la compasión, la empatía y la bondad. Su generosidad estuvo presente cada día y preguntaban constantemente cómo podían ayudar a los huéspedes. Eran más que voluntarios; eran amigos que escuchaban y brindaban palabras de aliento a los huéspedes que sufrieron traumas graves durante su migración a Estados Unidos. Los voluntarios de CHAMPS estaban compuestos por 15 proveedores con licencia y más de 30 estudiantes voluntarios.

La pasión por ayudar a los demás era evidente, ya que los proveedores compartieron en voz alta algunas de sus historias favoritas al ayudar a los huéspedes. Las conversaciones sobre otras oportunidades que compartían los proveedores se hicieron presentes. El don del servicio surgió de forma natural para los voluntarios, quienes se entusiasmaron al descubrir en qué otras áreas podrían contribuir a la comunidad. Las historias de cómo los voluntarios de CHAMPS ayudaron a los huéspedes del refugio son innumerables. CHAMPS tuvo la suerte de contar con cada uno de ellos; fueron el corazón del programa. Nos enorgullece ver a los voluntarios esforzarse por seguir ayudando a los demás en sus comunidades.

Agradecemos a los voluntarios del programa CHAMPS por la dedicación que brindaron a miles de huéspedes en el refugio. Los voluntarios de CHAMPS siempre serán recordados como personas empáticas que se esforzaron por tener un impacto positivo en la vida de los demás cada día. Si bien el camino de CHAMPS ha llegado a su fin, este es solo el comienzo para muchos estudiantes que un día serán nuestros futuros médicos, enfermeras, profesionales de la salud pública y defensores de la salud. Esperamos que CHAMPS haya ayudado a guiar a los voluntarios a comprender la salud de manera integral, que una persona es más que sus problemas de salud; tiene una historia, una familia y una cultura que influye en cada parte de su ser. La amabilidad es la mejor medicina, y esto es lo que los voluntarios hicieron por cada persona con la que se cruzaron.